RIO/OIR

Espacio para reflexionar acerca de nuestra historia, desde el permanente fracaso de este proyecto de país, o más bien, de este paisaje que intenta convertirse en un país. Rio oir por que el río Mapocho marca nuestro devenir histórico. Porque el rio es nuestro espejo. Porque nos susurra nuestras miserias y fracasos. Ahi va.

Thursday, February 23, 2006

Puerto del Hambre o la soledad en el estrecho de Magallanes.

Puerto del Hambre
o la soledad en el estrecho de Magallanes.
Rodrigo Montero M.

En Enero de 1587, Tomás Cavendisch[1] corsario inglés, al servicio de la reina Isabel de Inglaterra, entró al violento estrecho de Magallanes, por su parte más angosta; la punta Catalina. Ya en la primera angostura y sorteando los cientos de escollos de la mar, el corsario divisó a un grupo pequeño de personas, que desde la orilla, hacían lo posible para ser vistos por la tripulación inglesa. Según narra Julio Verne, el grupo estaba compuesto por veintiún hombres y dos mujeres.
Caminando por las escarpadas orillas del mar, este grupo de gente andrajosa mostraba claras muestras de haber pasado por un largo período de hambre. Sus ropas apenas los protegían del frío. Testigos del encuentro narran que, desesperados, corrían por la orilla estrellando sus flacos cuerpos en las piedras de las frías playas gritando, al borde de la locura, su alegría ante el esperado encuentro. La tripulación de Cavendich los auxilió. De ese encuentro, Barros Arana, relata que un español de apellido Hernández contó las desgracias sufridas por el grupo al capitán Británico.
Ese relato es el único conocido de aquella empresa que había comenzado, años antes, bajo la dirección de Pedro Sarmiento de Gamboa, quién, como veremos más adelante, intentó, infructuosamente, poblar el lejano estrecho y construir dos fuertes[2] para la defensa ante los ataques de los corsarios ingleses, que por aquellos años, asolaban los pequeños puertos españoles de la América del Pacífico.
En las últimas décadas del siglo XVI, la guerra y la defensa eran elementos cotidianos en los alejados territorios de la gobernación de Chile y del Virreynato del Perú. Francis Drake, llamado por los españoles como Francisco Draquéz, había instalado el miedo en la población ante sus ataques, especialmente, en las pequeñas aldeas y puertos que se comenzaban a poblar en el borde costero de toda la costa de América del Sur.
Ante esos hechos, origen de miedos y deserciones de soldados que escapaban al interior del continente, el Virrey del Perú Francisco Toledo, asignó a Don pedro Sarmiento de Gamboa[3], como capitán para que recorriera las costas del estrecho y estudiara la posibilidad de instalar en él, población y algunos fuertes que pudiesen evitar el paso de los barcos corsarios desde el Atlántico al Pacífico.
Con estos datos se constituyeron los objetivos del viaje “prender, matar o desbaratar” al corsario “Draquez” donde fuese encontrado.
La expedición partió desde el Callao el 11 de Octubre de 1579. Llevando consigo un surtido variado de baratijas y obsequios para los indígenas, entre los cuales se destacaban: botones de colores, cuchillos, anzuelos, peines, tijeras, cascabeles y cuentas de vidrio, todos ellos en la idea de “ganarse la voluntad de los indios de esas alejadas zonas.”
En el avance hacia el sur, recorriendo las costas del reino de Chile, no encontró grandes sorpresas. Al llegar a la latitud de la ciudad de Valdivia, en la desembocadura del río Calle- Calle, Sarmiento perdió una de sus Naos, que, sin aviso ni emergencia, desapareció de la vista del capitán.
El 12 de febrero de 1580 Sarmiento de Gamboa, desembarcaba en la península de Brunswisch, justo en la entrada occidental del gran estrecho de Magallanes.
El viaje por las islas del sur no estuvo ajeno de problemas. Lo pequeño de las Naos, el frío y la falta de alimentos frescos, hizo que parte de la tripulación desarrollara serios problemas de escorbuto, y hambre. A ello se une la gran cantidad de enfermos de sífilis, lo que provocó, que en varias ocasiones, y debido a las alteraciones de la conducta, que produce esta enfermedad venérea, Sarmiento tuviese que neutralizar varios, intentos de sabotaje e insubordinación, por parte de los navegantes.
Inmediatamente recalado en la costa protegida, Sarmiento organizó pequeñas expediciones de observación y levantamiento de mapas. La rigurosidad de su juvenil formación intelectual, hizo que sus dibujos y mapas se constituyeran en los primeros bocetos geográficos de la zona.
Recorriendo las costas del estrecho avanzó siguiendo la ruta que cruza el cabo Froward, un poco mas al sur, de la actual Punta Arenas.
Guiado por una extraña observación de las especies vegetales de la fría zona, Sarmiento concluyó que era posible cultivar algodón y canela en dichos parajes, por lo que, proyectó un poblamiento no tan complicado como se pensaba.
Animado con la idea de que españoles, hombres y mujeres iniciaran una vida civil y militar en la zona, decidió fundar “Nombre de Jesús” en la bahía que hoy lleva el nombre de Felipe.
Sin embargo, el entusiasmo de Sarmiento no estaba en toda la tripulación que lo acompañaba. Muchos no creían que el paisaje frío y violento facilitara el desarrollo de la empresa del capitán. Algunos marineros, no podían ocultar su temor ante tamaña aventura, por lo que se produjo una huída importante de soldados hacia España.
En efecto, una noche el general Diego de la Ribera y el piloto mayor Antón Pablos, levantaron anclas guarecidos por la oscuridad del estrecho y escaparon llevándose consigo tres de las cinco naves que quedaban en la flota. La cuarta Nao había sido varada en la orilla debido a las malas condiciones en que se encontraba y sus tablas habían sido utilizadas en el reforzamiento de las otras cuatro naves.
Conclusión, a Sarmiento le quedaba sólo una nave, la llamada “María” .
Las personas que quedaban con Sarmiento no cabían en la embarcación por lo que el capitán decidió fundar Rey don Felipe, una segunda población cercana a Nombre de Jesús.
Para levantar la iglesia y las pocas casas que en ella quedarían, se cortaron árboles y se inició la construcción.
El ánimo en el grupo se hacía insostenible. El frío y la falta de alimentos profundizaban las dudas, ante lo cual, un individuo, que había escapado de la prisión vistiendo sotana, junto a un tal Antonio Rodríguez, decidieron escapar en una chalupa no sin antes intentar asesinar a Sarmiento, el complot fue descubierto y Antonio Rodríguez, junto al supuesto sacerdote, fueron decapitados en la recién inaugurada Nombre de Jesús.
Días después de dicha desventura, Sarmiento decide partir en busca de alimentos.
No es aventurado suponer que no sólo la búsqueda de auxilio fue el objetivo de dicha partida, de hecho, las circunstancias hacen sospechar que Don pedro deseaba huir rápidamente junto a sus incondicionales para no asumir la responsabilidad de la derrota de su empresa.
Como fuese, el español parte hacia Río de Janeiro, con el pretexto de comprar alimentos y conseguir apoyo para regresar en ayuda de los soldados y mujeres que habían quedado en las ciudades por él fundadas en la llamada Finis terráe.
Luego de una serie de situaciones, entre las cuales se encuentra un naufragio cerca de Pernambuco, Sarmiento regresa al estrecho con bastantes vituallas para apoyar a sus pobladores que lo esperaban en medio de un intenso invierno. Llegó hasta la entrada oriental del estrecho pero el mal tiempo no lo dejó pasar, por lo que regresó a Brasil.
La historia cuenta que, estando en el Brasil, recibió el apoyo de su gobernador Salvador Correa quien lo convenció de ir a España por la ayuda que buscaba.
El 22 de Junio de 1586 Sarmiento partía a España.
Sin embargo el destino le tenía otra sorpresa. Un barco corsario lo apresó, el 11 de Agosto de 1586, cerca de las islas Azores y luego fue conducido a Plymouth, donde el propio Walter Raleigth lo interrogó acerca de sus intenciones.
Por las experiencias contadas al famoso pirata Inglés, más una extraña entrevista que le hizo la reina Isabel, donde se cuenta, habrían hablado en latín, Sarmiento consigue su libertad. La monarquía, o más bien, la reina, le entregó los recursos necesarios para que regresara a España por el apoyo que necesitaba para concluir su empresa de poblamiento del estrecho.
Sin embargo al cruzar por Francia, que ese año estaba dividida en una cruenta guerra entre Hugonotes y católicos, fue apresado casi llegando a la frontera con España.
Pero mientras tanto ¿en qué estaban los hombres, mujeres que habían quedado a la espera en medio de un crudo invierno Magallánico?.
Lo último que sabemos de Sarmiento es que nunca más regresó a América. No existe, por el momento, ningún documento o testimonio que lo ubique de regreso al Perú[4], lo que sospechosamente, hace pensar en una huída hacia el olvido sin asumir su culpa en el fracasado intento por establecer poblados y fuertes en el Estrecho de Magallanes.
Tomás de Hernández, uno de los pocos sobrevivientes de “Nombre de Jesús” y “Rey Don Felipe”, al ser rescatado por Tomás Cavendisch, relató que luego de dos años de espera, en medio de una hambruna fatal, comenzaron a comerse a los cuerpos de sus compañeros para poder calmar el hambre. Cazaron, como pudieron, lobos marinos. Fueron atacados por indígenas fueguinos, hasta que de pronto decidieron caminar hasta la desembocadura oriental del Estrecho, allí habrían esperado por varios meses, aguantando la muerte y la soledad mirando, en precarios turnos, el horizonte hasta que divisaron los barcos de Cavendisch y fueron, finalmente, rescatados por el mismo enemigo al que iban a combatir en esas lejanas tierras.
El corsario inglés, luego de escuchar dicho relato, decidió rebautizar la aldea de “Nombre de Jesús”, como “Puerto del Hambre”.
El paso de los siglos ha borrado la ubicación de dicho puerto. La humedad ha hecho lo suyo y no hay restos de esa derrotada empresa. Según Hernández, al partir caminando hacia la salida del estrecho, en busca de ayuda y rescate, en el puerto del Hambre habría quedado la Iglesia y la horca como únicos restos del intento desgraciado de integrar el esquivo Estrecho de Magallanes, a la geografía del gran Imperio Español de fines del siglo XVI.
El intento de Sarmiento se instala como una empresa fracasada de poblar las lejanas tierras de la Patagonia. El comienzo de una serie de intentos por apoderarse de la geografía mas lejana de la tierra. que, tan solo, a fines del siglo XIX, se pudo poblar en forma sistemática en medio de uno de los capítulos mas sangrientos de ocupación territorial que se conozcan en la historia de nuestro país.
El fracaso de sarmiento es uno mas dentro de una larga lista de empresas que se funaron en nuestra memoria, que cayeron en la mas profunda desgracia conocida.

[1] Julio Verne describe así al famoso corsario inglés: “De todos los que siguieron el ejemplo de Drake, el más ilustre es sin duda, Cavendisch o Candich. Había entrado muy joven a la marina inglesa, y tuvo una juventud borrscosa, durante la cual disipó, rápidamente su pequeña fortuna. Lo que el juego le llevó decidió recuperarlo de los españoles. Habiendo obtenido, en 1585 cartas patentes hizo el corso en las indias orientales, y volvió a Inglaterra con un botín considerable. Animado por aquel fácil éxito de salteador de las grandes vía marítimas, pensó que conquistar un poco de honor y gloria al mismo tiempo que hacía su fortuna era lo que más valía”. Verne, Julio. Historia de los grandes viajes y de los grandes viajeros. Sopena. España. 1966.
[2] De esos dos fuertes, contamos con los planos originales, recuperados por el historiador Francisco Antonio Encina y publicados en la primera edición de su Historia de Chile, en el año de 1954.
[3] Al respecto de la biografía de Sarmiento de Gamboa contamos con varios datos, especialmente gracias a la erudición de Diego Barros Arana, quién afirma: “ Nacido en Pontevedra de Galicia por los años de 1530, Sarmiento de Gamboa hizo en su juventud los mejores estuduios de Matemáticas y Astronomía que entonces podían hacerse. Aprendió, además, muy bien el Latín que hablaba con gran facilidad. El mismo ha referido que hallándose más tarde prisionero en Inglaterra, se entendió en la tín con varios personajes con los cyuales tuvo que tratar, y entre eloos con la misma reina Isabel, que lo hablaba elegantemente. En 1550 tomó servicio del rey de España y luego pasó al Perú. Aunque se tienen pocas noticias de sus ocupaciones de esa época, se sabe que hizo muchas y variadas exploraciones y empresas de navegación.”
Barros Arana cuenta un dato interesantísimo acerca de Sarmiento, a propósito de su manejo particular de las Matemáticas y de las ciencias, habilidades y experticia muy poco común en los soldados de aquellos años. Al respecto cuenta: “ Aunque Sarmiento de Gamboa, según se desprende de sus escritos, era un tipo acabado de la devoción española de los siglos XVI y XVII, siempre dispuesto a ver milagros portentosos en los sucesos más comunes o en los fenómenos más naturales, no se vio libre en su calidad de cosmógrafo de las persecuciones de la Santa Inquisición de Lima. Se le acusó de hacer sostenido que cuando en esta ciudad eran las doce del día, en España estaba entrando la noche, noción astronómica que algunos sacerdotes piadosos calificaban de herética. Sería curiosos conocer los incidentes de este proceso, los documentos que a él se refieren y la defensa de Sarmiento de Gamboa.” Barros Arana, Diego. Historia General de Chile. Dibam. Stgo. 2000. Tomo III pág: 51.
[4] Este no regreso, reafirma la sospecha, expuesta con anterioridad, en atención a qué su partida hacia el Brasil estuvo motivada por varias razones. En el supuesto relato que hace en su diario de ruta, Sarmiento, insiste en la idea de la búsqueda de ayuda. Sin embargo, después de su prisión en Inglaterra y francia, regresa a España y no cumple con su objetivo, nada se sabe de él luego de que fue liberado desde Francia. Nadie nunca más supo de él. ¿ Por qué no regresó a salvar de la muerte a los que había dejado en el estrecho?. Suponemos que no quizo asumir su derrota, el fracaso absoluto de su empresa y se perdió en los laberintos de una España anónima donde la falta de comunicaciones e identificación permitía perderse para siempre de su oscurom pasado.

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